martes, 31 de julio de 2007

CRISTALERO: Definición y/o descripción

Los cristaleros instalan cristales en aberturas (ventanas, puertas, escaparates, marcos, etc.) y superficies (paredes, techos, pantallas, mesas, etc.). Pueden cortar, tintar, decorar o tratar el cristal de otro modo antes de su instalación. Los que se dedican a la construcción instalan cristales en ventanas, tragaluces, escaparates y mostradores, además de en superficies como fachadas de edificios, paredes interiores, techos y mesas. Marcan los contornos o el diseño del cristal y cortan el vidrio utilizando un tallador. Eliminan el vidrio sobrante a mano o con una herramienta entallada. Fijan los paneles de cristal en los marcos de madera con puntas de vidrieros y extienden y allanan la masilla alrededor de los bordes con un cuchillo para sellar las juntas. Instalan espejos o cristales estructurales en las fachadas de edificios, tabiques, techos y mesas, utilizando masilla, tornillos o molduras decorativas. Colocan bisagras metálicas, cerraduras y otros dispositivos en las puertas de vidrio prefabricadas. Encajan puertas de cristal en su bastidor y ajustan las bisagras. Pueden instalar ventanas metálicas y bastidores de puertas en las que deben colocarse cristales. Asimismo, pueden colocar películas adhesivas plásticas en el cristal o pulverizar éste con una solución de tintura para evitar el reflejo de la luz. Pueden instalar vidrieras. Montan e instalan mamparas de cristal con marco metálico en duchas, en cuyo caso reciben la denominación de instaladores de mamparas de baño (construcción). De acuerdo con el tipo de cristal instalado, pueden recibir la denominación de cristalero, instalador de cristal estructural (construcción) e instalador de lunas (construcción) (DOT).

lunes, 30 de julio de 2007

Riesgos para la Salud: n-Propanol


No se han notificado casos de intoxicación relacionados con el uso industrial de n-propanol. Para los animales de experimentación es moderadamente tóxico cuando se administra por vías respiratoria, oral o percutánea. Irrita las mucosas y deprime el sistema nervioso central. Cuando se inhala, produce una leve irritación del aparato respiratorio y ataxia. Es algo más tóxico que el alcohol isopropílico, pero aparentemente provoca los mismos efectos biológicos. Se conoce un caso de fallecimiento por ingestión de 400 ml de n-propanol. Los cambios morfopatológicos observados fueron principalmente edema cerebral y pulmonar, también presentes con frecuencia en la intoxicación etílica. El n-propanol es inflamable y representa un riesgo moderado de incendio.

viernes, 27 de julio de 2007

TABLA DE ACIDOS INORGANICOS

Identificación química
 Riesgos para la salud.
Riesgos para la salud.
Riesgos químicos y físicos.
Propiedades físicas y químicas.

martes, 24 de julio de 2007

Factores ergonómicos y sociales del conductor de Camiones

– Molestias lumbares y dolores articulares (en piernas, manos y brazos) debidos a períodos de conducción prolongados, en ocasiones, por
carreteras en mal estado y en asientos inadecuados;
– Trastornos reumáticos (como la artrosis escapulohumeral izquierda o la periartritis) debidos al hábito de apoyar el codo sobre el marco de la ventanilla al conducir;
– Trastornos del aparato digestivo causados por los horarios de comidas irregulares y los hábitos de alimentación inadecuados;
– Alucinaciones hipnóticas en períodos de somnolencia y trastornos psíquicos debidos a factores de estrés mental y emocional;
– Mayor incidencia del infarto de miocardio en el caso de los conductores obesos;
– Consumo de tabaco en la cabina de conducción, que contribuye al deterioro de la salud;
– Dificultades de visión y problemas oculares causados por una iluminación inadecuada y por la tensión ocular (sobre todo al conducir en la oscuridad por vías interurbanas);
– Exposición a la violencia ejercida por compañeros de profesión (p. ej., en bares
– de carretera, etc.) y a la delincuencia menor y de bandas (incluida la organizada) atraída por las mercancías valiosas (sobre todo al conducir en países con fuerzas del orden público deficientes);
– Desarrollo de lumbago causado por las vibraciones, la inadecuada suspensión de los vehículos, la incomodidad de los asientos, etc.;
– Alteraciones patológicas y envejecimiento prematuro del segmento lumbosacro de la columna vertebral, que puede provocar la creación acelerada de discos lumbares intervertebrales
(posiblemente, vinculada también a la manipulación rutinaria de cargas pesadas);
– Aumento de las probabilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual (especialmente en el caso de los conductores que efectúan trayectos de largo recorrido y pasan mucho tiempo fuera de casa).

lunes, 23 de julio de 2007

Riesgos para la salud - Etanol

Un riesgo industrial frecuente es la exposición a vapores en la proximidad de un proceso en el que se utiliza alcohol etílico. La exposición prolongada a concentraciones superiores a 5.000 ppm causa irritación de los ojos y la nariz, cefalea, sopor, fatiga y narcosis. El alcohol etílico se oxida muy rápidamente en el organismo a dióxido de carbono y agua. El alcohol no oxidado se excreta en la orina y en el aire espirado, de manera que apenas se producen efectos acumulativos. Su efecto en la piel es similar al de todos los disolventes de grasas y, de no tomarse las debidas precauciones, puede producirse una dermatitis de contacto. Recientemente se ha sospechado la existencia de otro riesgo potencial en las personas expuestas a etanol sintético, por haberse demostrado que este producto es cancerígeno en ratones tratados con dosis altas. Un estudio epidemiológico posterior ha revelado una mayor incidencia de cáncer de laringe (cinco veces superior a la prevista) en un grupo de trabajadores empleados en una fábrica de etanol obtenido mediante ácidos fuertes. Parece ser que el agente causal fue el sulfato de dietilo, aunque también estaban implicados las alquil sulfonas y otros posibles cancerígenos.
El alcohol etílico es un líquido inflamable y sus vapores forman mezclas inflamables y explosivas con el aire a temperatura ambiente. Una solución acuosa con un 30 % de alcohol puede producir una mezcla inflamable de vapor y aire a 29 ºC. Otra que contenga solamente un 5 % de alcohol puede producirla a 62 ºC.
La ingestión es poco probable en el entorno industrial, pero posible en el caso de los alcohólicos. El peligro de este consumo anómalo depende de la concentración de etanol, que si es superior al 70 % puede producir lesiones esofágicas y gástricas, y de la presencia de desnaturalizantes. Estos últimos se añaden para hacer que el alcohol tenga un sabor desagradable cuando se obtiene libre de impuestos para fines distintos al del consumo. Muchos de estos desnaturalizantes (p. ej. alcohol metílico, benceno, bases de piridina, metilisobutilcetona, queroseno, acetona, gasolina, dietilftalato, etc.) son más peligrosos para la persona que lo consuma que el propio alcohol etílico. Por todo ello es muy importante asegurarse de que no se produce consumo ilegal de alcohol etílico destinado a usos industriales.

jueves, 19 de julio de 2007

Acido sulfúrico (III): Incendios y explosiones; Catalizadores

Incendios y explosiones. El ácido sulfúrico y el ácido sulfúrico fumante no son inflamables por sí mismos, pero reaccionan violentamente con muchas sustancias, sobre todo materiales orgánicos, con liberación de calor suficiente como para provocar un incendio o explosión; además, el hidrógeno liberado durante la reacción con metales puede formar una mezcla explosiva con el aire.
Catalizadores. Cuando se utilice un catalizador de vanadio en el método de contacto, los trabajadores deberán protegerse de la exposición a emisiones de vanadiato amónico y pentóxido de vanadio, que se utilizan sobre un soporte de diatomita o gel de sílice.

lunes, 16 de julio de 2007

Riesgos biológicos del Conductor de Camiones

Contaminación e infección causados por la exposición de mercancías peligrosas desde el punto de vista biológico.

viernes, 13 de julio de 2007

Riesgos para la salud - Metanol

Metanol
Entre los muchos procesos de síntesis que existen para la producción de alcohol metílico se encuentra la reacción de Fischer- Tropsch entre el monóxido de carbono y el hidrógeno, de la que se obtiene metanol como subproducto. También se produce mediante la oxidación directa de hidrocarburos o mediante un proceso de hidrogenación en dos etapas en el que se hidrogena el monóxido de carbono para dar formiato de metilo, que a su vez se hidrogena para obtener alcohol metílico. Sin embargo, la síntesis más importante es la realizada mediante hidrogenación catalítica a presión del monóxido de carbono o del dióxido de carbono, a presiones de 100-600 kgf/cm2 y temperaturas de 250-400 ºC.
El alcohol metílico tiene propiedades tóxicas que pueden hacerse evidentes tanto por exposición aguda como crónica. Los alcohólicos que ingieren este líquido o los trabajadores que inhalan sus vapores pueden sufrir lesiones. En experimentos con animales se ha demostrado que el alcohol metílico puede penetrar en la piel en cantidad suficiente como para causar una into- xicación mortal.
En casos de intoxicación grave, generalmente por ingestión, el alcohol metílico actúa de forma específica en el nervio óptico causando ceguera como resultado de la degeneración del nervio óptico, acompañada de cambios degenerativos en las células ganglionares de la retina y trastornos circulatorios en la coroides. La ambliopía es normalmente bilateral y puede aparecer pocas horas después de la ingestión, mientras que la ceguera total no se instaura hasta pasada una semana. Las pupilas aparecen dila- tadas, la esclerótica congestionada y el iris está pálido y presenta escotoma central; las funciones respiratorias y cardiovasculares están deprimidas y, en los casos muy graves, el paciente está inconsciente, si bien el coma puede ir precedido de delirio.
Las consecuencias de la exposición industrial a los vapores de alcohol metílico pueden variar considerablemente de un traba- jador a otro. Bajo diferentes condiciones de intensidad y duración de la exposición, los síntomas de la intoxicación son: irritación de las mucosas, cefalea, zumbido de oídos, vértigo, insomnio, nistagmo, dilatación de las pupilas, visión borrosa, náuseas, vómitos, cólicos y estreñimiento. Pueden producirse lesiones cutáneas por la acción irritante y disolvente del alcohol metílico y también por la acción lesiva de los tintes y resinas disueltas en él. Estas lesiones se localizan preferentemente en las manos, las muñecas y los antebrazos. No obstante, la causa de estos efectos perjudiciales se debe en general a exposiciones prolongadas a concentraciones muy superiores a los límites recomendados por las autoridades para prevenir la intoxicación por inhalación de vapores de alcohol metílico.
Se ha sugerido que la exposición crónica combinada a metanol y monóxido de carbono es un factor causante de aterosclerosis cerebral.
La acción tóxica del alcohol metílico se atribuye a oxidación metabólica en ácido fórmico o formaldehído, producto éste que tiene un efecto nocivo específico en el sistema nervioso, y posiblemente a acidosis grave. Estos procesos de oxidación pueden ser inhibidos por el alcohol etílico.

jueves, 12 de julio de 2007

Acido sulfúrico (II)


Las lesiones que se encuentra con más frecuencia en los trabajadores empleados en los procesos de producción de ácido sulfúrico son las quemaduras químicas. Las soluciones concentradas causan quemaduras profundas en las mucosas y la piel. Inicialmente la zona que ha contactado con el ácido está blanquecina, tornándose más tarde de color marrón para, finalmente, aparecer una úlcera perfectamente definida sobre una zona ligeramente enrojecida. Estas lesiones tardan mucho tiempo en curar y, con frecuencia, dejan extensas cicatrices que producen impotencia funcional. Si la quemadura es muy extensa, el pronóstico puede ser fatal. El contacto repetido de la piel con soluciones poco concentradas de este ácido produce desecación de la piel, ulceraciones en las manos y panadizo o inflamación crónica purulenta alrededor de las uñas. Las salpicaduras de ácido sulfúrico en los ojos son particularmente graves, pudiendo causar ulceración profunda de la córnea, queratoconjuntivitis y lesiones palpebrales con graves secuelas.
La acción general tóxica del ácido sulfúrico determina una depleción alcalina del organismo, es decir, una acidosis que afecta al sistema nervioso central y produce agitación, marcha vacilante y debilidad generalizada.
Medidas de salud y seguridad. Las medidas más eficaces son el completo cerramiento de los procesos y la mecanización de los procedimientos de manipulación para evitar el contacto de los trabajadores con el ácido sulfúrico. Se prestará una atención especial a los procesos de almacenamiento, manipulación y apli- cación, a la ventilación e iluminación de los puestos de trabajo, al mantenimiento y a la limpieza, y al uso de equipos de protección personal. Además de las precauciones generales antes indicadas, el ácido sulfúrico no debe almacenarse en la proximidad de cromatos, cloratos o sustancias similares, por el peligro de incendio o explosión.

martes, 10 de julio de 2007

Riesgos químicos del Conductor de Camiones

– Exposición a diversas sustancias tóxicas (en estado sólido, líquido o gaseoso) al transportar mercancías peligrosas (se cuentan por miles
y han sido clasificadas por las Naciones Unidas en 9 grupos: explosivos, gases, líquidos inflamables, sólidos inflamables, sustancias oxidantes, sustancias tóxicas e infecciosas, sustancias radiactivas, corrosivos, otras sustancias peligrosas) que pueden tener efectos crónicos perniciosos para la salud, incluidos los de carácter cancerígeno, mutagénico, teratogénico, etc.;
– Enfermedades y trastornos de la piel (diversos tipos de dermatitis, sensibilización cutánea, eccema, acné de aceite, etc.) causadas por la exposición a sustancias químicas (p. ej., compuestos para limpiar y lavar, líquidos anticongelantes y para frenos, gasolina, gasoil, aceite, etc.);
– Efectos crónicos debidos a la inhalación de humos de gasolina y gasoil, y gases de escape que contienen monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos, etc.

lunes, 9 de julio de 2007

Usos de los Alcoholes - pentanol


El pentanol se utiliza en la fabricación de lacas, pinturas, barnices, decapantes, caucho, plásticos, explosivos, líquidos hidráulicos, pegamentos para calzado, perfumes, productos químicos y farmacéuticos, y en la extracción de grasas. Cuando se utilizan como disolventes, sirven perfectamente las mezclas de alcoholes, pero para síntesis químicas o extracciones más selec- tivas se requieren a menudo productos más puros.
Después del cloruro de alilo, el alcohol alílico es el compuestos alílico más importante en la industria. Se utiliza en la fabricación de productos farmacéuticos y en síntesis químicas en general, pero sobre todo para la producción de una serie de ésteres alílicos, los más importantes de los cuales son el ftalato de dialilo y el isoftalato de dialilo, que sirven de monómeros y repolímeros

jueves, 5 de julio de 2007

Acido sulfúrico (I)

El ácido sulfúrico es un ácido fuerte que, cuando se calienta por encima de 30 ºC, desprende vapores y, por encima de 200 ºC, emite trióxido de azufre. En frío, reacciona con todos los metales, incluido el platino; en caliente, su reactividad se intensifica. El ácido sulfúrico diluido disuelve el aluminio, el cromo, el cobalto, el cobre, el hierro, el manganeso, el níquel y el zinc, pero no el plomo ni el mercurio. Tiene una gran afinidad por el agua, y es por esta razón que absorbe la humedad de la atmósfera y extrae el agua de las materias orgánicas, carbonizándolas. Descompone las sales de todos los demás ácidos, excepto las del ácido silícico.
El ácido sulfúrico se encuentra, en estado natural, en las proximidades de algunos volcanes y, sobre todo, en los gases volcánicos.
Riesgos. La acción del ácido sulfúrico en el organismo es la propia de un agente tóxico general y un potente cáustico. Cuando se introduce en el organismo, bien sea en forma líquida
o vapor, produce gran irritación y quemaduras químicas en las mucosas de los tractos digestivo y respiratorio, los dientes, los ojos y la piel. En contacto con la piel, el ácido sulfúrico produce una intensa deshidratación, con liberación de calor suficiente para producir quemaduras similares a las térmicas, que pueden ser de primero, segundo o tercer grado. La profundidad de estas lesiones depende de la concentración del ácido y de la duración del contacto. La inhalación de vapores de esta sustancia produce los siguientes síntomas: secreción nasal, estornudos, sensación de quemazón en la garganta y la región retroesternal. Estos síntomas van seguidos por tos, dificultad respiratoria, a veces acompañada de espasmos de las cuerdas vocales, y sensación de quemazón en los ojos, con lagrimeo y congestión de la conjuntiva. Los vapores con altas concentraciones de ácido sulfúrico pueden causar secreciones nasales y esputos sanguinolentos, hematemesis, gastritis, etc. Son también frecuentes las lesiones dentales, que afectan sobre todo a los incisivos, los cuales se tornan de color marrón, con estriaciones en el esmalte, caries y destrucción rápida e indolora de la corona dental.
Las exposiciones profesionales a vapores de ácidos inorgánicos fuertes, como los del ácido sulfúrico, han sido clasificadas por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) como cancerígenos humanos.

martes, 3 de julio de 2007

Riesgos físicos del Conductor de Camiones

– Exposición a niveles de ruido excesivo, de amplitud elevada (superior a 80 dB) y/o de baja frecuencia, generados por motores durante un
período de tiempo prolongado, que producen efectos perniciosos inmediatos (migrañas agudas) o progresivos (pérdida de capacidad auditiva, etc.);
– Exposición a radiación ionizante al transportar radioisótopos (que suelen guardar- se, por razones de seguridad, en la cabina del conductor);
– Exposición a la radiación (solar) ultravioleta directa y reflejada;
– Exposición a factores climáticos que pueden perjudicar la salud, como el frío o el calor extremos, o las combinaciones de temperatura, humedad y viento que dan lugar a congelaciones o golpes de calor;
– Exposición a cambios de temperatura repentinos al entrar o salir de cabinas climatizadas, que dan lugar a enfriamientos y/o efectos reumáticos;
– Vibraciones en todo el cuerpo que pueden deteriorar las funciones de los órganos del pecho y abdominales, y del sistema muscular y óseo, contribuir a la fatiga del conductor y reducir su capacidad de vigilancia.

lunes, 2 de julio de 2007

Riesgos de accidente del Conductor de Camiones


Mayor riesgo de accidentes de tráfico debido a los períodos de conducción prolongados (sobre todo en el caso de los conductores de camiones que realizan desplazamientos transcontinentales y otros largos recorridos), que incluyen trayectos nocturnos, bajo condiciones metereológicas desfavorables, por carreteras en mal estado y en situaciones de tráfico excesivo (el riesgo es mayor debido a la fatiga física y mental y al aburrimiento del conductor provocados por el gran número de horas de trabajo acumuladas, la brevedad de los períodos de descanso, la somnolencia, los horarios de comida irregulares y la inadecuación de la dieta, la ingestión excesiva de alcohol, la conducción a altas velocidades debido al sistema de pago de primas, etc.);
– Accidentes de tráfico debidos a la pérdida de control al conducir camiones cargados en exceso por carreteras de grandes pendientes y resbaladizas, con temperaturas extremas y otras condiciones metereológicas;
– Accidentes de tráfico debidos a la utilización al conducir de tranquilizantes, estimulantes químicos o medicamentos indicados para enfermedades comunes, que producen efectos secundarios como somnolencia, sopor y deterioro de las funciones sensomotoras que reducen la capacidad de respuesta (sobre todo en lo que se refiere al retraso en las reacciones y la coordinación inadecuada);
– Vuelco de camiones cargados en exceso debido a fallos mecánicos, condiciones difíciles de la vía o velocidades desmedidas, choques frontales, etc., con el resultado de que el conductor queda atrapado en la cabina o debajo del vehículo en una situación que puede poner en peligro su vida;
– Accidentes causados al desengancharse el dispositivo de bloqueo que mantiene unidos a la cabeza tractora con el remolque;
– Resbalones, tropiezos y caídas desde una cabina elevada, una escalera de acceso a la misma o un remolque;
– Peligro de quedar atrapado entre la unidad tractora y el remolque, o entre remolques, al intentar desengancharlos;
– Lesiones debidas al tropiezo accidental con componentes rígidos no protegidos del camión o de la mercancía;
– Lesiones producidas al efectuar diversas funciones propias de un conductor de camiones pesados (p. ej., efectuar trabajos de reparación sobre el terreno, cambiar neumáticos, deshacer precintos y cuerdas muy ajustados, etc.);
– Lesiones al utilizar diversas herramientas de mantenimiento y reparación: llaves, cuchillas, gatos, etc.;
– Explosiones, quemaduras químicas, intoxicaciones agudas debidas a sustancias químicas tóxicas; deterioro de la visión; etc.; causados por mercancías peligrosas como explosivos o inflamables, reactivos fuertes, sustancias tóxicas y sólidos a granel propensos a la formación de polvo;
– Intoxicación aguda provocada por gases de escape como el monóxido de carbono;
– Riesgos de incendio debidos a los derrames y las fugas de sustancias inflamables (normalmente en los camiones cisterna) que pueden arder al entrar en contacto con llamas vivas, superficies calientes, chispas eléctricas, descargas atmosféricas o electrostáticas, o como resultado de choques mecánicos debidos a colisiones de tráfico, vuelcos, etc. (en estos casos, también existe un riesgo para el medio ambiente);
– Explosión de neumáticos hinchados en exceso;
– Traumatismos, como herniarse a causa de un esfuerzo físico excesivo (cambio de neumáticos, transporte de mercancías pesadas, atadura de cuerdas, etc.).